En Raz Surf Camp lo tenemos muy claro…
Hasta ahora, el surfing se ocupaba de nuestra salud y de nuestra forma física. Pero, ¿qué pasa entonces cuando nos quedamos sin olas por tener que permanecer confinados en casa? A muchos nos ha podido ocurrir durante la cuarentena: ¿de dónde sacamos ahora todo lo que nos daba el mar? Salud, ejercicio, diversión, movimiento, conexión, naturaleza, vida social, adrenalina, retos… la lista es interminable.
Lo que tal vez veamos en una situación así es que nos habíamos convertido en especialistas: sólo conocíamos un camino para llegar a casa y, ahora que está cortado, nos sentimos perdidos.
Y si lo único que queremos es mantenernos sanos y relativamente en buena forma, no debería resultarnos demasiado difícil cumplir nuestros objetivos con algo de información que podemos encontrar online y con un entrenamiento básico en casa.
Pero, siendo sinceros, contar series y repeticiones durante una hora diaria de ejercicio no se va a acercar ni de lejos a lo que estamos acostumbrados. Porque nadie está contando número de olas y de series de remada en el agua… No necesitábamos motivación para movernos cuando veíamos un pico perfecto rompiendo delante del camp…
Cuando surfeamos no tenemos mentalidad de “hacer ejercicio”, sino de jugar. Todo sucede de manera orgánica y no lo estamos haciendo para conseguir nada. Estar en el agua y coger un par de olas ya tiene valor en sí mismo. Y esto queda clarísimo viendo vuestras ganas durante cualquier semana de campamento en Razo.
Así que, volviendo al principio… ¿qué hacemos cuando no podemos surfear? La realidad es que no hay fórmulas ni respuestas sencillas.
Los límites generan creatividad y la imposibilidad de ir al mar en todo este tiempo ha sido una oportunidad de descubrimiento para muchos de nosotros: probamos una clase online, luego un entrenamiento que hacíamos hace años, le preguntamos a un amigo que se dedica a esto, exploramos, nos confundimos, aprendemos a hacer el pino, probamos a meditar, nos leemos un blog sobre acondicionamiento físico, empezamos un curso de yoga por internet, nos tragamos un maratón de vídeos de surf, visualizamos un poco de técnica… y en algún momento recuperamos esas ganas de jugar con la misma seriedad con la que lo hace un niño, como si lo que estuviésemos haciendo fuese lo más importante del mundo.
A partir de este fin de semana hemos podido salir y muchos también volver al agua. Y por muy obsesionados que sigamos estando con el surfing, es posible que también tengamos una perspectiva más abierta y que no vayamos a dejar de probar cosas nuevas aunque hayamos recuperado las olas.
Cada vez queda menos para volver a Raz Surf Camp, con nuestras clases de surf, nuestro yoga, nuestra playa inmejorable y todas las cosas nuevas que nos va a traer esta temporada. Seguro que muchos no podéis tener más ganas de venir por primera vez… y sabemos que los que ya habéis venido os morís de ganas de repetir…
¿Habéis probado nuevas maneras de moveros durante la cuarentena? ¿Las limitaciones han disparado vuestra creatividad?
¡No dejéis de jugar y nos vemos pronto!