A nosotros también nos pasa: cuadra una racha de olas buenas todos los días y prácticamente nos olvidamos de que existe mundo más allá del surfing.
Pero en algún momento el mar tiene que tomarse un descanso y toca salir del agua a buscar esas sensaciones en otra parte. Hay muchas maneras de fluir y si lo que buscáis es diversión, adrenalina y velocidad sobre una tabla, seguro que sois muchos los que habéis acabado en el mundo del asfalto.
Skate, longboard, surfskate… tenemos opciones de sobra para elegir y encontrar nuestro flow en skateparks, carreteras, bowls o, si somos un poco más “old school”, ¡piscinas vacías! (¿es posible quitarse de la cabeza esas escenas de Lords of Dogtown?)
Además, el patín ofrece una infinidad de beneficios desde el punto de vista de un surfer: transferencia positiva, trabajo de grupos musculares similares, cardio, técnica específica de surfing (si patinas con un surfskate), coordinaciones igualmente valiosas para tu motricidad (si usas un skate o un longboard), posibilidad de tomárselo con calma a la hora de pensar qué vas a hacer (cosa para la que rara vez tenemos tiempo en las olas), acondicionamiento a las sensaciones de velocidad y deslizamiento…
Así que a veces cambiamos la parafina por lija y las clavadas de punta por algunos raspazos en las rodillas. Es parte del juego y caerse de vez en cuando significa que estamos dejando atrás nuestra zona de confort: ¡genial!
Y como cada verano, en Raz SurfCamp ofrecemos clases en las que lo primero es la seguridad, impartidas por monitores con años de experiencia patinando y enseñando, lo que supone una oportunidad perfecta para probar y subirse a un patín en condiciones controladas y libres de peligro, ahorrándonos mucha frustración y algún que otro susto innecesario.
Si nunca lo habéis intentado, ni os imagináis lo increíble que es.
Skate en rampa, clases de técnica en surfskate, tarp surfing, longskate al atardecer… ¿qué os apetece probar?
Cada vez nos queda menos para empezar… ¡Y nos morimos de ganas!